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Habilidades sociales en la adolescencia y su impacto en el bienestar de las personas autistas.

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Claudia Cuevas Miranda

Fonoaudióloga.
Magister en Trastornos del habla y del lenguaje.
Diplomada en métodos de investigación en ciencias sociales.
Certificada en PEERS Adolescentes y Jóvenes.

La adolescencia es una etapa crucial en la vida de los seres humanos, llena de cambios y nuevos desafíos.  En este sentido, estudios como el de Gogtay et al. (2004) han demostrado que el cerebro experimenta cambios que tienen un impacto significativo en el desarrollo cognitivo y emocional de los individuos. Estos cambios incluyen una mayor complejidad estructural y funcional de la corteza prefrontal y el sistema límbico, involucradas en el control de impulsos, la toma de decisiones y la regulación emocional.   Al respecto, Smetana et al. (2005) señala que los cambios en la corteza prefrontal impulsan el desarrollo del pensamiento operatorio formal, lo que influye en que los adolescentes se vuelvan más críticos con las normas y regulaciones familiares, llegando incluso a desafiar la autoridad.

Por su parte, los cambios hormonales propios de la pubertad tienen un impacto directo en los estados emocionales de los adolescentes, estos cambios que muchas veces son bruscos e incomprensibles para los adultos pueden afectar negativamente las relaciones sociales de los adolescentes en esta etapa crucial de la vida (Archivald et al., 2003). Además, de acuerdo con lo descrito por Larson y Richards (1994), el aumento del tiempo que los adolescentes pasan con sus pares les proporciona la posibilidad de desarrollar relaciones más equilibradas, donde la toma de decisiones se comparte, lo que conlleva a una mejora en sus capacidades para argumentar y cuestionar la autoridad. Este mayor contacto social les permite adquirir habilidades de comunicación más efectivas, fomentando un ambiente en que la expresión de opiniones se valora y se promueve un pensamiento crítico indispensable en el proceso de formación de la identidad.

En adición a los cambios biológicos que experimentan los adolescentes, un currículum escolar más exigente favorece el desarrollo de habilidades cognitivas complejas, preparándolos para enfrentar desafíos académicos y profesionales que se les presentarán en el futuro (Westby, 1998).

A medida que los adolescentes buscan establecer su identidad y construir relaciones significativas, el desarrollo de Habilidades sociales se convierte en una prioridad (Raffaelli y Duckett, 1989). Para las personas Autistas, este periodo puede ser especialmente complejo ya que pueden enfrentar diversos desafíos en el establecimiento y mantenimiento de relaciones sociales adecuadas. Estas dificultades pueden abarcar desde la incapacidad para desarrollar relaciones apropiadas con sus compañeros hasta la percepción de falta de disfrute e interés en los demás. Este grupo de jóvenes tiende a formar menos relaciones duraderas con sus compañeros e invierten menos tiempo en ellas que sus pares neurotípicos. Sus necesidades de apoyo incluyen problemas para regular su lenguaje corporal, participar en actividades de juego cooperativo, iniciar o sostener conversaciones, responder adecuadamente a las interacciones verbales y no verbales, y cultivar amistades a largo plazo. Estas dificultades sociales pueden afectar significativamente la calidad y la naturaleza de las interacciones de los adolescentes que las experimentan (Leaf, 2017).

En este artículo, exploraré la importancia de las habilidades sociales y ofreceré algunos consejos para que los adultos apoyen a los adolescentes en esta etapa.


La Importancia de las Habilidades Sociales

Las habilidades sociales corresponden a un conjunto de competencias que permiten a los individuos interactuar efectivamente con los demás, estas incluyen la comunicación verbal y no verbal, la empatía, la escucha activa y la capacidad de gestionar conflictos (Claros et al.,2023; Gresham,1997; Hops, 1983). Desarrollar estas habilidades es vital para la independencia y el bienestar emocional de cualquier joven, pero su importancia es aún mayor en el contexto de los adolescentes autistas (Haverkate, 1994).

Para muchas personas, las interacciones sociales pueden ser desafiantes. Independientemente de la presencia o no de un diagnóstico, los cambios en las dinámicas de interacción que se observan en la sociedad actual pueden provocar que los adolescentes y jóvenes tengan problemas para comprender las normas sociales, interpretar las señales no verbales o seguir el ritmo de una conversación. Esta situación puede resultar en frustración, aislamiento y ansiedad, lo que a su vez impacta negativamente en la autoestima y la calidad de vida de los adolescentes y sus familias. Por esta razón, es esencial fomentar el desarrollo de habilidades sociales, ya que no solo facilita las interacciones, sino que también contribuye a mejorar la salud emocional y la integración en la comunidad.


Comprender desafíos que son únicos

Cada adolescente es único y los desafíos que enfrentan pueden variar. La adolescencia es una etapa compleja del desarrollo humano, llena de cambios que van a impactar de diferente manera en adolescentes neurodivergentes.  Algunos pueden tener un amplio vocabulario y habilidades verbales, pero aun así encuentran dificultades en la conversación espontánea y en hacer o mantener amigos. Otros pueden ser más reservados y experimentar ansiedad en situaciones sociales. Comprender las necesidades individuales de las y los adolescentes es el primer paso para apoyarlos en el desarrollo de sus habilidades sociales (Koegel et al, 2012, Leaf, 2017; Kasari y Paterson, 2012).

Algunos de los desafíos que pueden enfrentar los adolescentes Autistas incluyen:

  • Dificultad para iniciar o mantener conversaciones, seguir el hilo de una discusión o interpretar el lenguaje figurado.

  • Problemas para leer expresiones faciales, el tono de voz o el lenguaje corporal que se pueden traducir en dificultad para interpretar las intenciones de los demás.

  • Ansiedad social que se traduce en la evitación de interacciones con pares.

  • Obstáculos para comprender y gestionar sus propias emociones, así como para identificar las de los demás.


Sugerencias para fomentar el desarrollo de Habilidades sociales

A continuación, encontraran algunas sugerencias que pueden implementar con adolescentes que manifiesten dificultad para enfrentar las interacciones sociales.

1 ) Cree un entorno social seguro

Es fundamental que los adultos fomenten un ambiente en que él o la adolescente se sientan seguros y aceptados. Anímelo a expresar sus pensamientos y emociones sin temor a ser juzgado. La comunicación abierta es esencial para construir confianza y autoestima, dos aspectos cruciales en el aprendizaje de habilidades sociales.

2 ) Enseñe Habilidades sociales de forma explícita

El aprendizaje de habilidades sociales puede no ocurrir de manera natural, por lo que es beneficioso que los padres enseñen estas habilidades de manera explícita. Algunas estrategias son:

a) Juegos de rol: Practicar situaciones sociales a través de juegos de rol puede ayudar a su hijo a familiarizarse con interacciones cotidianas. Por ejemplo, pueden simular situaciones como saludar, como ingresar o salir de conversaciones sobre intereses comunes o cómo comportarse en una fiesta.

b) Modelar comportamientos: Los padres u otros adultos que rodeen al adolescente deben ser modelos a seguir y mostrar cómo iniciar una conversación y usar un lenguaje corporal apropiado, como hacer una llamada o como despedirse en una situación social. Esto puede ser más efectivo que simplemente decirles cómo hacerlo.

c) Uso de recursos visuales: Los apoyos visuales, como guías ilustradas de interacciones sociales, pueden ser de gran ayuda. Por ejemplo, crear un “libro de habilidades sociales” que detalle por medio de íconos, dibujos o listas de pasos cómo acercarse a otros o cómo reaccionar en diferentes situaciones o mostrar videos en que se esquematicen las características o pasos de diferentes escenarios sociales.

3) Estimule al adolescente a practicar Habilidades sociales en contextos naturales.

La práctica en situaciones de la vida real es fundamental para lograr aprendizajes significativos. Fomentar la participación del adolescente en actividades extracurriculares o deportes permite que las y los adolescentes interactúen y practiquen sus habilidades sociales en un entorno menos estructurado. Es importante elegir actividades que sean de interés para la o el adolescente, ya que esto aumentará la probabilidad de participación y disfrute.

4) Fomente la empatía y la comprensión emocional.

La empatía es una habilidad social esencial para el desarrollo y fortalecimiento de las relaciones entre personas. Fomentar la empatía en las y los adolescentes con Autistas puede incluir actividades como:

a) Análisis narraciones y discusión: Leer libros o ver películas en que se presenten diferentes emociones y experiencias humanas puede ayudar a su hijo a desarrollar una comprensión más profunda de las emociones ajenas. Discutir las emociones de los personajes y cómo podrían sentirse en diferentes situaciones puede ser un ejercicio valioso para ayudar a la o el adolescente a tomar la perspectiva de otros.

b) Identificación de emociones: Practicar la identificación de emociones en situaciones cotidianas, ya sea a través de medios visuales o al observar a las personas del entorno, puede ayudar a su hija o hijo a entender mejor cómo se sienten los demás y como se siente él mismo.

5) Busque apoyo profesional

Si bien las estrategias anteriores pueden ser valiosas, algunos adolescentes pueden beneficiarse de la ayuda de profesionales especializados en el fomento de habilidades sociales. Trabajar con un fonoaudiólogo, un terapeuta ocupacional o un psicólogo puede proporcionar un enfoque adicional y adaptado a las necesidades del adolescente. Estos profesionales pueden ofrecer intervenciones basadas en la evidencia que promuevan el desarrollo de habilidades que la o el adolescente requieran para interactuar.

6) Celebre los logros

Cada avance, por pequeño que sea, debe ser celebrado. Reconocer y reforzar los logros del o la adolescente no solo contribuye a su autoestima, sino que también fortalece la motivación para continuar desarrollando sus habilidades sociales. Esto puede ser tan simple como felicitar por un esfuerzo para iniciar una conversación, por haber realizado una nueva amistad o por haber intentado participar en una actividad extraprogramática fuera del colegio.

Conclusión

El desarrollo de habilidades sociales en la adolescencia es un proceso continuo y vital para las personas Autistas. A través de la educación, el apoyo y la práctica, los padres pueden desempeñar un papel crucial en la construcción de la confianza y la competencia social de sus hijos. Es fundamental recordar que cada adolescente es único y seguirá su propio camino, y que el amor, la paciencia y la empatía son los elementos esenciales en este viaje. Fomentar este tipo de habilidad no solo ayudará a su hijo a integrarse mejor en la comunidad, sino que también incrementará su bienestar emocional y su calidad de vida. Al final, el objetivo es permitir que cada persona alcance su máximo potencial y disfrute de relaciones significativas a lo largo de su vida.

 

Referencias

 Archibald, A. B., Graber, J. A., & Brooks-Gunn, J. (2003). Pubertal processes and physiological growth in adolescence. Blackwell handbook of adolescence, 24-47.

Claros, R. A. B., Melgar, A. S., & Mosquera, Z. E. F. (2023). Social skills and teamwork in high school students. Horizontes Revista de Investigación en Ciencias de la Educación7(29), 1490-1501.

Gogtay, N., Giedd, J. N., Lusk, L., Hayashi, K. M., Greenstein, D., Vaituzis, A. C., ... & Thompson, P. M. (2004). Dynamic mapping of human cortical development during childhood through early adulthood. Proceedings of the National Academy of Sciences101(21), 8174-8179.

Gresham, F. M. (1997). Social competence and students with behavior disorders: Where we've been, where we are, and where we should go. Education and Treatment of children, 233-249.

Haverkate, Henk (1994). “La cortesía verbal. Estudio pragmalingüístico”. Editorial Gredos.

Hops, H. (1983). Children's social competence and skill: Current research practices and future directions. Behavior Therapy, 14(1), 3–18. https://doi.org/10.1016/S0005-7894(83)80084-7

Larson, R. W., & Richards, M. H. (1994). Family emotions: Do young adolescents and their parents experience the same states?. Journal of Research on Adolescence4(4), 567-583.

Leaf, J. B. (Ed.). (2017). Handbook of social skills and Autism spectrum disorder: Assessment, curricula, and intervention. Springer.

Kasari, C., & Patterson, S. (2012). Interventions addressing social impairment in autism. Current psychiatry reports14, 713-725.

Koegel, R. L., Fredeen, R., Kim, S., Danial, J., Rubinstein, D., & Koegel, L. (2012). Using perseverative interests to improve interactions between adolescents with autism and their typical peers in school settings. Journal of positive behavior interventions14(3), 133-141.

Raffaelli, M., y Duckett, E. (1989). “We were just talking...”: Conversations in early adolescence. Journal of Youth and Adolescence, 18(6), 567-582.

Smetana, J., Crean, H. F., & Campione‐Barr, N. (2005). Adolescents' and parents' changing conceptions of parental authority. New directions for child and adolescent development2005(108), 31-46.

Westby, C. (1998). Communicative refinement in school age and adolescence. En Haynes, W. & Shulman, B. (Eds.), Communication Development: Foundations, Processes and Clinical Applications (pp. 311-360). Williams & Wilkins.