Equipo Multiprofesional

Herramientas favorecedoras en las salas de clases y en el hogar.

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Andrea Sempe Rojas

Fonoaudióloga
Mg. en educación con mención en Diseño curricular
Diplomado en Trastornos del Espectro Autista.

Soy Andrea, Fonoaudióloga, dedicada por más de 15 años a trabajar en educación pre escolar, básica y media, y desde siempre he visto que uno de los retos más importantes, tanto para docentes y familias de estudiantes en el espectro del Autismo, es la autonomía, las dificultades en la organización y permanencia en las actividades que realizan.

Así, y de acuerdo a mi experiencia, si bien existen muchos docentes que tienen ganas, buscan información y se nutren de algunas herramientas, en general, las comunidades educativas, tanto privadas como públicas, aún están en desmedro para hacer frente a las diversidades, a las formas de enseñanza diversificada, a las adecuaciones curriculares, tomando en cuenta las necesidades y las realidades de los estudiantes desde una mirada integral. Lo anterior, ha tenido algunos atisbos de mejora el último tiempo, sobre todo por lo que contempla la Ley 21.545, pero aún queda mucho camino por recorrer.

El año 2023, el Centro de Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, determinó que la prevalencia del Autismo estimada en la población era 1 cada 36, cifra que aumentó con respecto al 2018, la cual era 1 cada 44. Desde ahí, podemos estimar que en nuestras salas de clases tenemos al menos 1 estudiante en el espectro del Autismo, por lo que el desafío para los que trabajamos en educación es cada día mayor.

Hoy en día, tenemos estudiantes en las salas de clases, con algunas dificultades que a veces sobrepasan las herramientas que tienen para comprender lo que se solicita en los establecimientos, que por lo general son tareas con mucha información y alto nivel de abstracción, con ello se frustran y no saben bien cómo reaccionar, provocando una desregulación emocional, llegando en algunos casos a descompensaciones. La raíz de ello, por lo general tiene un componente sensorial, que se traduce en una respuesta inmadura desde lo social, que no sabe cómo expresar de forma asertiva lo que sucede y por ello responden de manera inadecuada.

Lo anterior, mejora en forma significativa con la anticipación, en todas sus formas, pero sobre todo visual, mejorará la manera en que los estudiantes enfrenten las situaciones del día a día, y generará confianza y seguridad de cuando comienza y termina una actividad. ¿Les ha pasado que alguna vez van a una reunión sin teléfono y sin reloj, y no saben cuándo terminará? ¿No les genera cierta ansiedad e incertidumbre esa situación? Muchos de nosotros hemos sido capaces de aprender mecanismos de compensación que nos permiten esperar hasta que finalice la actividad. Los padres y la comunidad educativa deben tener en cuenta esto para obtener resultados favorables con las y los estudiantes. Por ello, una de las mejores ideas es generar un calendario o agenda visual, que permita al estudiante conocer y anticiparse frente a las situaciones que puedan suceder. También sirve incluir alguna situación “sorpresiva”, de manera que las y los niños puedan ir identificando y flexibilizando diversas situaciones diarias.

Para crear una agenda visual, recomiendo primero anotar en forma ordenada y cronológica los eventos del día a día, imprimirlos y luego termolaminarlos, esto último, solamente para contribuir a su durabilidad. Luego, es importante contar con velcro autoadhesivo para pegar estas imágenes varias veces, de manera que cada día podamos contarles previamente qué sucederá en los diferentes contextos en los que participará y marcar las actividades ya realizadas. Las agendas visuales o calendarios de anticipación son una excelente estrategia para ser usada tanto en las salas de clases como en el hogar, teniendo en cuenta que las imágenes que se utilicen en los diferentes contextos sean las mismas, a fin de evitar confusiones.

Otra estrategia que tiene muy buenos resultados, es la enseñanza estructurada, entre las que destaca el TEACCH (Treatment and Education of Autistic related Communication Handicapped Children) fundado por Eric Shopler durante los años 70 en la Universidad Carolina del Norte. Esta tiene como objetivo fundamental apoyar a las personas y familias dentro del espectro del Autismo, para que tengan una vida en comunidad y lo más autónoma posible, todo ello partiendo de sus intereses, habilidades y necesidades. Una de las políticas fundamentales del método es que tiene un carácter inclusivo, todas las personas que lo deseen pueden acceder al programa independientemente de la edad y nivel de funcionalidad que posea.

Para reforzar la versatilidad e impacto en los aprendizajes del modelo es que en Chile, el año 2015 se aprueba el decreto 83 que alude a la diversificación de la enseñanza, considerando criterios y orientaciones para generar adecuaciones curriculares. También, considera al DUA (Diseño Universal del Aprendizaje), que promueve estrategias que aseguren un aprendizaje de calidad, considerando las adecuaciones que sean necesarias. Así entonces, el modelo TEACCH, se convierte en una excelente herramienta para docentes, pero también para familias que deseen apoyar el trabajo de sus hijos en el hogar.

El método TEACCH propone modificar el entorno, generar ambientes estructurados y predecibles con el fin de facilitar las posibilidades de anticipación. Además, se trata siempre de entregar instrucciones claras, simples y en caso de error, volver un paso hacia atrás para comenzar nuevamente la actividad. La disposición física se llevará a cabo en función de los estilos de aprendizaje y de las actividades. De esta manera se reducen las distracciones, la ansiedad y se fomenta el trabajo efectivo. Muchos de ustedes deben pensar que esto es casi idílico en una sala de clases de más de 35 alumnos con poco mobiliario, pero les digo ¡¡¡SE PUEDE!!!

En el TEACCH los materiales deben estar al alcance de los estudiantes, beneficiando en todo momento la autonomía, además, los objetivos de la clase deben estar bien definidos y tener más de una opción para que el estudiante “elija”, de manera que sienta que mientras aprende se entretiene. Una distribución ideal es que tengan una mesa, al lado izquierdo, un pool de actividades donde deben “elegir e iniciar el trabajo”, luego realizar el trabajo, y al lado derecho una estación donde puedan dejar el trabajo en el espacio que indica “terminar”, de esta manera sabrán específicamente cuando una actividad empieza, se realiza y termina.

Y entonces, de seguro se preguntarán, ¿y cómo puedo hacerlo yo en casa? ¡Muy simple! Primero asegúrate que puedas tener un espacio pequeño en tu casa para trabajar. Si tu hija o hijo es más pequeño, comienza con actividades sencillas, como lo son las “cajas TEACCH”, que pueden confeccionar ustedes mismos con cajas de plástico o cartón. Como primera tarea, es importante partir con actividades de instrucciones simples, como encajes, ya que lo que se privilegia, no es que haga la actividad, sino que pueda entender la dinámica del inicio, desarrollo y cierre de la actividad.

Finalmente, es importante tener presente que cada niña y niño tiene su propio estilo y ritmo de aprendizaje, por lo que es fundamental encontrar las herramientas adecuadas que mejor se adapten a las necesidades particulares, que ustedes como familia puedan ir descubriendo a lo largo del camino.