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Terapia ocupacional infanto juvenil, reflexión sobre el juego, terapia efectiva y competencias para el desempeño

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Gisela Carrasco Barra

Terapeuta Ocupacional
Máster en trastorno del espectro autista

Cuando me ofrecieron redactar sugerencias para padres, cuidadores o profesionales, acepté dado que me parece un canal muy interesante para poder exponer sobre terapia Ocupacional Infanto Juvenil. Y me gustaría partir mencionando que dentro de las Ocupaciones que trabajamos los Terapeutas Ocupacionales está el Juego, que además se vuelve una herramienta terapéutica para trabajar otras ocupaciones y que ofrece de manera invaluable diversas formas de acompañar a los hijos, hijas o usuarios.

El juego se define como una actitud subjetiva donde el placer, la curiosidad, el sentido del humor y la espontaneidad interactúan al unísono. Esta actitud se refleja en la conducta libremente elegida, de la cual no se espera ningún rendimiento específico en particular. Por otro lado, Bundy plantea un modelo donde se expone que la conducta juguetona está determinada por la presencia de tres aspectos importantes:  motivación intrínseca (se observa en el interés innato que produce el propio juego); control interno (decisión propia de cómo se desarrolla el juego); y la habilidad para dejar a un lado la realidad (capacidad de evasión dentro del juego). Por lo anterior se sugiere destinar tiempo en la cotidianidad para jugar, según la definición puede o no ser algo elaborado, sin embargo, se presume que si este no tiene total programación o estructura será efectivo de igual forma. 

En el contexto terapéutico puede ser un poco distinto o tener otra orientación, el juego puede ser guiado de forma específica, el terapeuta ocupacional tendrá destinado los recursos y objetivos claros para lograr un determinado comportamiento o una reeducación de conducta. 

Los padres o cuidadores deben tener en consideración la importancia del juego, dado que de los múltiples beneficios se considera que el juego aumenta la participación social, la creatividad y la flexibilidad. 

Partiendo con otro punto, me gustaría hacer referencia a que cuando un usuario llega al Servicio de Terapia Ocupacional este es evaluado junto a la Familia quien participa del proceso de forma activa, el objetivo de la Terapia Ocupacional se enfoca de manera determinante en el desarrollo de la independencia en las Ocupaciones y que luego se busca favorecer la Autonomía para un desarrollo acorde al ciclo vital. Por lo anterior los Terapeutas Ocupacionales generan estrategias acordes al diagnóstico que se realiza y se le ofrece a la familia un plan de trabajo que va conforme con las necesidades de su hijo o hija. 

Acá lo importante es mencionar la relevancia del apoyo de los cuidadores y la familia en general, un plan de trabajo de Terapia Ocupacional varia acorde a las necesidades que se identifican y a las cuales se dan prioridad.

Para que la Terapia Ocupacional sea efectiva, me gustaría ser enfática en algo que he podido experimentar con los años y la práctica; y es que la efectividad se expresa cuando y sólo cuando la familia colabora de forma activa, diaria y persistente. Cuando la familia se vuelve Coterapeuta la evolución de los niños, niñas y/o adolescentes suele siempre tener una connotación más “rápida” o “evidente” del cambio en la evolución que experimentan, hay entrenamientos que pueden tener similitudes acordes a la ocupación que se esté abordado, sin embargo, hay otros procesos que son más lentos y siguen siendo evidentes las evoluciones cuando la familia forma parte del proceso terapéutico. 

La adquisición de todas las destrezas de ejecución para una tarea que se necesita para realizar una ocupación está determinada por el número de veces que se ensaya y práctica la destreza, por eso la importancia real de comprender el apoyo a la familia para que estos se involucren en el proceso terapéutico y repliquen en el hogar las estrategias entregadas para sus hijos.

Y por otro lado es importante tener en consideración que los niños, niñas y/o adolescentes son los principales participantes de la terapia ocupacional, entonces ¿cómo hacer que ellos logren adquirir conciencia de la real importancia de la independencia en las ocupaciones?   Es una respuesta sencilla, pero compleja a la vez, una de las consideraciones que debemos considerar son los intereses de ese niño, cuando involucramos los intereses este suele ser un recurso que convierte una terapia en un momento terapéutico más amigable y entretenido la mayor parte del tiempo, aunque este momento este lleno de tensión a ratos y exigencias propias para el cumplimiento de los objetivos. 

Las competencias para el desempeño de las ocupaciones se desarrollan de forma automática durante el crecimiento donde le entorno familiar y social lo permiten. Constantemente no somos conscientes de la relación que existe entre  abrochar o desabrochar la ropa de los muñecos con las actividades de la vida diaria básica por ejemplo, sin embargo, estas sí están relacionadas dado que un cerebro que está expuesto a esas experiencias de forma temprana, elabora de forma interna procesos de autonomía y que están ligadas a la supervivencia y que además ofrece al niño o niña la suficiente confianza en el autoconocimiento de su propio desempeño ocupacional, por ejemplo, que un niño elija su ropa, organice su mochila, ordene sus juguetes o los clasifique será importante para luego tomar otras decisiones que le permitirán adquirir habilidades más complejas y la seguridad para ser parte de ocupaciones más avanzadas como las Instrumentales de la Vida Diaria.